¿En qué consiste la Neuromodulación percutánea?
Consiste en la inserción de una aguja cerca de un nervio o músculo afectado, a través de la cual se aplica una corriente eléctrica de baja frecuencia controlada mediante un dispositivo.
La neuromodulación percutánea ayuda a reducir el dolor y mejorar la comunicación neuromuscular, favoreciendo la recuperación funcional y el bienestar.

El objetivo es estimular el sistema nervioso periférico o central para mejorar la comunicación neuromuscular, reducir el dolor, normalizar la actividad eléctrica del músculo y favorecer la recuperación funcional.
¿Cuándo me puedo beneficiar de la Neuromodulación percutánea?
La neuromodulación percutánea se emplea en una amplia variedad de patologías del sistema musculoesquelético y neurológico, entre ellas:
Dolor crónico o agudo – de origen muscular, articular o neuropático.
Síndrome de dolor miofascial – alivio de puntos gatillo y contracturas musculares.
Tendinopatías y lesiones deportivas – tratamiento de sobrecargas y mejora funcional.
Radiculopatías o neuralgias – por ejemplo, del nervio ciático o pudendo.
Paresias o debilidad muscular – tras lesiones nerviosas o intervenciones quirúrgicas.
¿Existen contraindicaciones?
Este procedimiento está contraindicado en pacientes portadores de marcapasos o desfibriladores implantados. En las alergias a los metales, especialmente al níquel, no pueden utilizarse las agujas de acupuntura normales. El embarazo no constituye una contraindicación, pero si usted está embarazada, debería comunicárnoslo. Los pacientes tratados con anticoagulantes son más propensos a sufrir hemorragias, así como los inmunodeprimidos o linfadenectomizados lo son a sufrir infecciones. En hipotiroidismo pueden provocarse edemas en el músculo pinchado y debe evitarse la punción en enfermedades de la piel como psoriasis.
¿Existen efectos secundarios?
El uso de agujas en la estimulación eléctrica percutánea puede causar efectos similares a otras técnicas de punción. Entre ellos: molestias locales o cercanas que desaparecen con el tiempo, mareos en personas sensibles, aunque sin riesgo grave, efectos secundarios poco frecuentes como dermatitis, hematomas, espasmos, mioedema o infecciones (se recomienda esperar 24 h antes de bañarse en piscinas), posible sensación de “calambre” al pinchar cerca de un nervio...
Además, la estimulación eléctrica puede generar una leve molestia o irritación en la piel y dolor leve en la zona tratada o en el trayecto del nervio.